Segunda etapa. Todos están, ya a esta hora, en sus puntos de recogida. Han andado lo que debían, los más mayores más y los pequeños lo suyo.
Dia de calor (¿o le he entendido a Juanma que menos!?) y día de duro trabajo del coche escoba. Han tenido que recoger a alguno de los pequeños y acercarlo al médico, más de uno, y a otro lo han tenido que recoger para dejarlo en destino. Eso ha hecho que Adrián y Juanma se hayan pasado el día al volante.
Los padres de los transportados ya han tenido noticias, y de todas maneras, no ha habido realmente nada importante más allá de una tripita o un oido.
Mañana vuelven los alitas al confort del campamento y su piscina.
Siguen comiendo muy bien, incluso en la ruta. Seguro que - como cocinan ellos - les sabe mejor. Bueno, los alitas tienen mucho apoyo de sus monitores con el camping-gas. Supongo que los guías también pero menos.
Hoy no había anécdotas que contar, pero he pedido a Juanma que me busque alguna para mañana.
Antes de terminar, los guías son libres de llamar por los pueblos por los que pasan, pero es probable que ninguno haya llamado (claro, ¡nos echan tanto de menos!). Creo que Cova hará que llamen los que a la vuelta de la ruta no lo hayan hecho antes, aunque poco más y os lo cuentan en persona.
Hasta mañana, buenas noches.
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